miércoles, 10 de octubre de 2007

El camino hacia Oxapampa

Foto que muestra un típico tramo de la ruta no asfaltada.

Una de las cosas que tienes que compartir con la gente, es su dificultad en el acceso de las ciudades. Los niños realizan a veces larguísimas caminatas para llegar a la escuela. La gente transporta en los colectivos mercadería y bolsas pesadas. El camino muchas está predispuesto a cerrarse por los deslizamientos ocasionados por las lluevias, y como mencioné anteriormente; el estado aún no ha asfaltado el tramo que está entre Pozuzo y Oxapampa.

El calor que hace en la selva es propicio para que las sudoraciones más profundas emanen dentro del pequeño colectivo que nos lleva hacia la ciudad de Oxapampa. Los precipicios son tolerables, las curvas del camino, las paradas para cargar frutas en el techo y el polvo que levantan los autos que van delante nuestro, también. Lo que no es tolerable es el pedo que alguien lanza con frescura y soltura del esfínter más relajado del mundo. Todo queda en el anonimato.

Fuera de todo eso, el camino presenta cataratas, pueblos, casas típicas y hermosos panoramas. El atractivo principal que se encuentra entre Pozuzo y Oxapampa es el Parque Nacional Yanachaga Chemillén. El gallito de las rocas y el oso andino (u oso de anteojos como se le conoce por aquí) son algunas de las especies ejemplares que se conservan en este parque. Esta área protegida es considerada como una de las más ricas del mundo en términos biológicos. Tiene una superficie de 122mil hectáreas con una inagotable diversidad que es constantemente investigada por científicos.

Pasando por Prusia, Huancabamba y varios kilómetros de serpenteante camino llegué a Oxapampa luego de tres horas y media de viaje.

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